Hemos experimentado lo que sienten los investigadores al utilizar un microscopio.
Primero hemos visto una bufanda y luego alas de mariposa y partas de abeja.
Lo más difícil ha sido cerrar un ojo y ver a través del tubo del microscopio.
Además hemos jugado a adivinar a qué pertenece la fotografía vista a través del ordenador y asignarle la imagen correspondiente.
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